Los incendios han sido noticia los últimos veranos, y la sequía que sigue presente no nos plantea un mejor pronóstico para esta temporada de calor. La ciencia pronostica altas temperaturas, escasas lluvias y un nivel bajo del Río Paraná para la temporada de verano 2023.
Pero por qué se producen los incendios y como prevenirlos es quizás una de las charlas que la sociedad toda se debe hace mucho tiempo.
La sequía no es la única responsable de estos eventos con consecuencias catastróficas para nuestra biodiversidad: más del 90% de los incendios son ocasionados por personas (lo que se denominan causas antrópicas).
Algunos incendios son intencionales, con fines económicos, y otros por negligencias tales como tirar una colilla de cigarrillo o apagar mal el fuego de un asado. La realidad es que todos los años nos enfrentamos a lo mismo, norte y sur del país azotados por el fuego.
La amenaza a las especies animales y vegetales que habitan nuestro suelo es enorme. Solo en Rosario ya se han perdido más de 800.000 hectáreas de humedales y pastizales. Las consignas son claras y urgentes: concientización y prevención, por un lado, y Ley de Humedales por el otro.
Las cifras son alarmantes: la Convención Internacional sobre los Humedales (Convención de Ramsar) estima que desde 1970 se ha perdido un 35% de los humedales a nivel mundial, los cuales albergan más del 40% de la biodiversidad del planeta y son el mayor reservorio de agua dulce, además de ser considerados esenciales para mitigar el cambio climático.
Desde donde lo miremos, la pelota está de nuestro lado: cuidar la biodiversidad no es una tarea de pocos, sino de cada habitante de este país. Hagámonos cargo.
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