La ranita trepadora enana es un representante de la familia Hylidae. Se distingue por tener un tamaño muy pequeño (15-20 mm) y un aspecto general delgado y esbelto. La cabeza también es pequeña y el hocico es rodeado. El cuerpo es de color amarillento casi uniforme (aunque puede cambiar ligeramente a colores marrones claros o beige) y puede presentar algunos pequeños puntos oscuros. El vientre es liso y de color amarillo pálido. Tiene, además, unas manchas anaranjadas bastante llamativas en sus muslos. Como la mayoría de los hílidos, posee discos adhesivos en sus dedos de contorno subcircular. Es muy difícil de diferenciar de la especie hermana Dendropsophus nanus, salvo por el tamaño escaso desarrollado de los dientes vomerianos (ubicados en el techo del paladar) y por los párpados superiores translúcidos, características difícilmente observables en ejemplares vivos a campo. Un carácter adicional a tener en cuenta es que cuando una extremidad posterior es llevada hacia adelante, la articulación tibio-tarsal alcanza el ojo.
Es de hábitos trepadores, y se la suele encontrar asociada a ambientes de bañados y pastizales inundados. Puede también encontrase en ambientes antropizados (agroecosistemas y áreas urbanizadas). Los machos emiten cantos apoyados sobre la vegetación herbácea más densa y baja, y los huevos son depositados en masas gelatinosas adheridas a las porciones sumergidas de plantas acuáticas. Se alimenta principalmente de mosquitos, aunque también incluye en su dieta otros insectos y pequeñas arañas.
Su distribución geográfica es muy amplia. Se encuentra en Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina en donde habita las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, Formosa y Chaco, teniendo además algunos registros en Misiones. Tanto a nivel internacional como nacional, esta especie no presenta preocupación en cuanto al estado de conservación de sus poblaciones.
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