CONSERVACION DE ANFIBIOS EN ARGENTINA
También conocido como Rococó y Sapo Buey, pertenece a la familia Bufonidae. De gran tamaño, es considerada la especie de anuro más grande de Argentina, llegando a superar los 210 mm de longitud. El cuerpo es globoso y robusto. Presenta en la cabeza crestas cefálicas bien pronunciadas que a veces tienen tonalidades anaranjadas. Las glándulas paratoides son alargadas. El dorso del cuerpo es de color amarillo verdoso o amarronado con manchas oscuras negras y verrugas en su piel, mientras que el vientre es de color blanco. En las patas posteriores se encuentran unas glándulas tibiales llamadas glándulas paracnémicas que son características de esta especie.
Es un animal de hábitos nocturnos que habita principalmente áreas abiertas de pastizal, aunque también se lo puede encontrar relacionados a bosques ribereños. Es frecuente su hallazgo en áreas urbanizadas por debajo de postes de luz, donde se alimenta de artrópodos voladores. Su dieta se basa en todo tipo de insectos (generalista) siendo así verdaderos controladores biológicos preparados para ingerir grandes cantidades de alimento. El período reproductivo depende del área geográfica que ocupe. Al sur de su distribución, ocurre generalmente durante el período de meses comprendidos entre octubre y abril. Las hembras depositan sus huevos en largos filamentos (como muchos bufónidos), normalmente enredados alrededor de plantas u objetos sumergidos en charcos temporales o permanentes.
El Cururú se distribuye en Paraguay, Uruguay, Brasil, Bolivia y Argentina. En Argentina, habita las provincias de Córdoba, Chaco, Corrientes, Catamarca, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santiago del Estero, Santa Fe y Tucumán.
Su estado de conservación es No Amenazada según la última Categorización de anfibios de la República Argentina (2012) y de Preocupación Menor según UICN.
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Amphibian Species of the World